Contaminación cruzada: cómo evitarla
Contaminación cruzada: cómo evitarla
Nuestra casa es nuestro reino, pero a veces la tenemos que compartir con no celiacos, y las cosas como son, también tienen derecho. Y siempre que todo se haga bien, la convivencia entre celiacos y no celiacos puede ser perfecta, sin miedo a la contaminación cruzada. Sólo tenemos que ser un poquito pesados explicándoles ciertas cosas, y la primera es fundamental: primero los celiacos, que para eso sufrimos las consecuencias de la contaminación cruzada.
1-Separación de bienes.
Los productos para celiacos y los glutaneros llevan vidas independientes, en armarios independientes a poder ser y por supuesto en baldas diferentes. Si compartimos armario, mejor colocar los productos sin gluten en las baldas superiores por si se derrama algo. Ahí no hay riesgo de contaminación cruzada.
2-Aceiteras separadas.
El aceite puede tener más de un uso, pero en el momento en el que ha caído gluten en ella, está prohibida totalmente para el celiaco. Así que mejor tener dos aceiteras bien identificadas y separadas para evitar errores, y aún mejor si utilizamos aceite limpio. Si tenemos freidora, utilizarla sólo para patatas, estarán más sabrosas y no habrá ninguna duda, será aceite totalmente apto.
3-Cuidado en el horno.
Nunca, nunca, nunca, compartir el horno. Hay personas que colocan su pizza encima y la pizza con gluten debajo, creen que así no hay contaminación cruzada. Error. Si el horno es de aire la has liado y sino probablemente también. Cuando hacemos comida sin gluten en el horno, éste tiene que estar reluciente, ni una triste mota de gluten en él, o también podemos recurrir a los papeles de horno especiales que permiten que por ejemplo nuestro pan se haga igual y no tenga contacto con el exterior.
4- Menaje singlu.
No es fundamental, pero si se puede tener dos tablas para cortar, por ejemplo, o ciertas herramientas como pueden ser las cucharas de madera, etc… es mejor, para evitar la contaminación. Pero no es indispensable, si no nos lo podemos permitir lavamos a conciencia y listo. Es sólo un consejo más, aunque en algunos sitios lo recomiendan.
Con todas estas medidas podemos estar más o menos tranquilos en casa, siempre y cuando prestemos atención al etiquetado de los productos que compremos y nunca nos arriesguemos cuando tengamos alguna duda. Evitar la contaminación fuera de casa es otro cantar…
5-No jugársela en cualquier restaurante.
En nuestra web podes encontrar los restaurantes que forman Celicidad. Todos ellos conocen la enfermedad. En algunos habrá más opciones que en otros, pero es mejor ir a un lugar en el que al menos han oído hablar del gluten. Aún así, y bien sea a través de la web o de la App, siempre insistir en el tema para que estén atentos a todo lo que hacen. Siempre, siempre. Sobre todo cuando se trata de adaptaciones, ¿disculpe, ésto es sin gluten? ¿y la salsa también? Más vale que rectifiquen a tiempo a tener que sufrirlo después por no haber preguntado. Que sí, que luego dirán que somos unos pesados, pero es que con nuestra salud no se juega.
6-A mi esquinita.
Como los celiacos no somos sectarios, salimos a comer con gente que tiene distintas alergias, intolerancias e incluso con aquellos que ¡¡pueden comer de todo, que haberlos haylos!!. Así que cuando sea éste el caso, mejor colocarnos en una esquina para tener el espacio más controlado y vigilado. El pan con gluten en la esquina opuesta. El objetivo es que no esté pasando el pan con gluten por encima de nuestro plato cada poco porque es fácil que caiga alguna miguita.
7-Mejor no compartir.
Es muy habitual pedir raciones para compartir aptas, como por ejemplo, unos huevos rotos, unos pimientos del padrón, lacón… son platos que normalmente podemos tomar. Pero en el momento en el que un tenedor que ha tocado el gluten contacta con nuestra comida, ya es muy probable que acabemos contaminados. Así que mejor no compartir. Y cuando compartimos, lo que yo hago es antes de que nadie toque esa comida, me parto un trozo para mi, que será todo lo que coma de ese plato. Así todos comemos a gusto y ellos pueden contaminar lo que quieran, nosotros estamos ya a salvo con nuestra ración.
8- Cubiertos limpios.
En muchos sitios traen los cubiertos para todos encima del pan. Es una costumbre habitual y práctica que a nosotros nos causa problemas. Esos cubiertos, evidentemente, no nos sirven, así que toca pedir otros que no hayan estado en contacto con el pan. Es importante decirlo así de claro, evitar la contaminación es nuestro objetivo.
9-Cuidado con las cartas de alérgenos.
Desde diciembre de 2014 es obligatorio que los restaurantes señalen los alérgenos que hay en sus platos, desde los aperitivos hasta los postres. Pero mucho cuidado con el etiquetado y las trazas, que un plato no lleve gluten no quiere decir que no esté contaminado, porque de momento no hay legislación alguna que regule este problema. Así que no os fiéis y preguntad siempre si saben evitar la contaminación y lo pueden garantizar.
fuente: ver
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